Pareciera extraordinaria
Pareciera extraordinaria
¡pero todos sus ápices son pura esencia!
De infante, la recuerdo con su pelo
Negro y lacio adornar las primaveras.
Eran sus labios lugar donde salían
Los tesoros que yo llamaba besos,
Eran sus brazos,
Refugio a mis penas locas,
Eran sus pies la fortaleza de mi espíritu.
A veces, calladamente
La vi sufrir,
En otras,
Con sentimiento la vi llorar.
A veces creí que la perdería,
Pero hoy, después de medio siglo
¡Conmigo está!
Aprendió a hacer fortalezas sus debilidades,
A mantenerse en pie,
A estar vigente en las adversidades,
A mostrarse fuerte aunque quisiera llorar,
A ser valiente, a saber luchar.
Mi madre ha sido en todo momento
La musa que inspira el camino a la verdad.
¿Que eres?
Una risa dentro de la calma,
Un suspiro en medio de sollozos,
La imagen correcta que tenía del amor,
Una mañana, una esperanza,
Las formas del perfecto erotismo,
Un orgasmo a mitad de la noche,
Un beso, un amor libre de reproches,
Un sueño, el volar,
El observar y alcanzar un cielo,
Un amor posible y realizado,
Un libro lleno de poesía,
Una mariposa vestida de color,
Un arrollo de aguas cristalinas,
Un verso de métrica perfecta,
Eres todo aquello que me interesa,
Eres mi vida, mi amor mi princesa,
Mi brisa matutina,
El sol que me cobija,
Que me aleja de la soledad,
La noche estrellada
El calor, la miel, el encanto,
La esperanza, la vida ¡te amo!
¿eso eres?
¡No!, esto es poco,
Lo tuyo es y siempre será ¡más!
Solo, si quieres
Te seguiré, si tu me quieres
Y te amaré, si tu lo quieres,
Buscaré tus huellas serán mis pasos,
Llegaré hasta ti y me darás abrazos,
Curarás la locura que el hastío me formó
Y olvidaré la duda que otra me sembró,
Llegaré a tu lado
Y premiarás mi esfuerzo con tu sonrisa,
Nos amaremos sin temores, con esperanza,
Ya sin miedos, ya sin prisas
Y dejaré en la vagancia
Las notas tristes de aquella falacia,
Juntos, ante los ojos del que todo lo puede,
Nos miraremos de frente, sin pena, sin miedo,
Yo disfrutaré la ternura de tus arrullos,
La dulzura de tus encantos,
Cobijados por la bendición de Dios,
Seremos, yo en ti, tu en mí,
Y Dios en ambos,
El amor, el triunfo, la vida, el sueño alcanzado
El monstruo
¡Se escapó! Cuidado:
Anda desesperado, te busca precisamente ¡a ti!,
Despertó de su letargo y clama venganza,
Desea saciar su libido,
Comenzar a cobrar cuentas,
¡la cacería comenzó!,
Quizás solo uno sobreviva:
¡deseo que seas tú!
En tu alma soñadora no puede haber pecado,
¡pero él, no lo sabe!
Se burla de ti, de tu fe,
El tiempo que estuvo ausente
Fortaleció su ira,
Tornóse aguda, acentuó su odio
Y ahora, tras de ti
Ruego porque no te alcance
¡huye! Donde su insaciable
Rencor no te alcance,
Donde sus ojos pecadores no te turbien,
Donde duermas y no sientas sus gritos desesperados,
Donde en libertad vivas
Y soñar puedas a diario,
¡yo le distraeré! Le daré otro rumbo,
¡huye! No será mucho el tiempo que te pueda ayudar.
Soy tristeza, dolor…miedo.
¿Donde guardaré mis versos?
¿a quién le enseñaré estas notas?
¿Dónde anidaré estos besos?
¿Dónde esconderé estas horas?
Esto parece ser el colmo,
No pienso ni quiero evitarlo,
Estas letras reclaman su musa,
Lejos y cerca, ya viene mi ocaso.
Gocé de sus caricias por años,
Su amor inspiró mi poesía,
Cuando duermo, me acerco a mi fin
Y si despierto ¡maldito presente!
Lo que resta de mí
Aparece en un mentiroso espejo,
Mi robusta figura es un dibujo sutil,
Soy tristeza, dolor…miedo.
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